miércoles, 18 de mayo de 2011

La educación maternal y preescolar

El ingreso a los planteles preescolares representa un cambio significativo para el niño debido a que sale del contexto familiar para insertarse en un ambiente totalmente desconocido. Este cambio, lleva al infante a buscar un equilibrio constante entre ambos contextos, ahora, tiene que aprender a respetar a su compañeritos de clase y a acatar las normas establecidas al interior del espacio educativo.

De hecho, tanto padres de familia como maestros deben aprender a desarrollar estrategias educativas que retroalimenten y favorezcan el desarrollo del niño al interior de ambos ámbitos. Por un lado (en casa), el niño ha de aprender a respetar reglas y seguir indicaciones, por otra parte (al interior de la escuela) el niño desarrollará habilidades y valores como la solidaridad, el apego a normas y el respeto a sus congéneres.

Esta dualidad de elementos educativos debe fortalecer, favorecer y desarrollar los componentes esenciales de todo individuo: lo biológico, lo psicológico y lo social. Para lograr lo anterior los educadores se han trazado una serie de objetivos, dichos objetivos se mencionan a continuación y son proporcionados por Zapata (2004):

  1. 1. Promover el desarrollo integral y armónico de la personalidad del niño preescolar.
  2. 2. Estimular el desarrollo psicomotriz mediante actividades que permitan satisfacer las necesidades físicas para obtener una vida sana y feliz.
  3. 3. Favorecer el desarrollo intelectual con actividades que estimulen el desarrollo del pensamiento infantil, que permitan la comprensión de la realidad y que fomenten la capacidad creadora propia de los niños de esta edad.
  4. 4. Satisfacer el desarrollo afectivo y emocional, y colaborar en el proceso de socialización, generando un clima escolar de afecto, reconocimiento, seguridad, autonomía e independencia, e introducir a los niños en actividades grupales que les permitan aprender a interactuar y a convertirse en miembro cooperativos de los grupos.
  5. 5. Estimular la libre expresión infantil en el juego, el dibujo, el lenguaje y el movimiento.
  6. 6. Sensibilizar estrictamente por medio de actividades musicales, literarias, plásticas y cinéticas adecuadas.
  7. 7. Cultivar la capacidad de asombro, investigación y experimentación en el conocimiento de la naturaleza, el medio social y la cultura humana.
  8. 8. Integrar en la acción educativa a la familia del niño y a su comunidad (p. 14).

En conjunto estos objetivos permitirán al niño obtener nuevas experiencias y conocer el mundo que le rodea a través de diversos medios.

En artículos posteriores estaremos exponiendo actividades que ayudarán a alcanzar estos objetivos mediante diversas actividades recreativas. Para obtener mayor información se sugiere leer el libro citado con anterioridad y cuya bibliografía se presenta a continuación.

Zapata, Oscar. (2004). La psicomotricidad y el niño, etapa materna y preescolar. México: Trillas.

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